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21 de abril de 2024

LA BIBLIA, ¡QUÉ GRAN LIBRO!



El 23 de abril se celebra el día internacional del libro y como no podía ser de otra forma nos unimos a esta celebración, porque creemos en la importancia de la adquisición del hábito de la lectura y para que nuestro alumnado se inicie en el conocimiento de nuestro Libro Sagrado.




 

La Biblia es una colección o recopilación de libros sagrados, que contiene las historias, doctrinas, códigos y tradiciones que orientan a los cristianos, con base en la tradición judía (Antiguo Testamento) y el anuncio del Evangelio (Nuevo Testamento).

Biblia es un término procedente de la palabra griega βιβλίον (biblíon), que significa rollo, papiro o libro, y de la expresión griega τὰ βιβλία τὰ ἅγια (ta biblía ta hágia), que significa libros sagrados.

La Biblia cristiana se divide en dos partes principales: el Antiguo y el Nuevo Testamento. Testamento (berith en hebreo) significa alianza, pacto o contrato. Cada uno de ellos reúne una colección de textos sagrados. Conozcamos algunos detalles esenciales.

La Biblia no es un compendio de cuentos infantiles, ni sus personajes son superhéroes. Si no que cuenta historias de personas y lugares concretos que tuvieron una relación con Dios.

Todos los pasajes bíblicos nos acercan a la historia del trato de Dios con los hombres, así que es necesario que los niños entiendan que de su lectura deben extraer una lección de vida. La Biblia, como es Palabra de Dios, nos habla.         


 






 


 ACTIVIDADES:













14 de abril de 2024

DE CAMINO A EMAÚS

EL CAMINO DE EMAÚS

¿Qué es?

El relato bíblico sobre el camino de Emaús nos cuenta cómo después de que Jesús resucitó se apareció a dos discípulos que se dirigían a un pueblo llamado Emaús. ¡De ahí viene el nombre del relato!

¿Por qué los discípulos no reconocieron a Jesús?

Aunque durante el camino estuvieron conversando los discípulos estaban tan tristes y desanimados, que su tristeza no les permitió reconocer que quien caminaba con ellos era el mismo Jesús.

¿Por qué estaban tristes los discípulos?

La tristeza de los discípulos se debía a que ellos creían que Jesús había muerto. Los discípulos habían escuchado que unos ángeles habían anunciado que Jesús no estaba muerto, que había resucitado, pero ellos se negaban a creerlo porque no tenían pruebas de que Jesús estuviera vivo.

¿Qué pasó después?

Jesús continuó caminando y conversando con ellos durante todo el camino hasta que llegó la hora de detenerse porque la noche se acercaba.

Jesús planeaba seguir caminando pero los discípulos lo invitaron a quedarse con ellos y Jesús aceptó.

Durante la cena ocurrió algo inesperado, algo que cambiaría la tristeza de los discípulos para siempre...

Relato completo,  Lc 24,13-35:

Luego que Jesús murió en la cruz, ¡resucitó tres días después!

Algunas mujeres fueron a la tumba de Jesús y la encontraron vacía.

Algunos ángeles les dijeron: "¡Jesús no está aquí! ¡Está vivo de nuevo!" La mujer corrió hacia los discípulos y les contó lo sucedido.

Ese mismo día, dos discípulos caminaban hacia un pueblo llamado Emaús. Estaban charlando sobre todo lo que había pasado.

Un hombre se acercó y comenzó a caminar con ellos. ¡Era Jesús!

Pero a los dos hombres se les impidió reconocerlo.

Jesús preguntó a los dos hombres. "¿De qué estás hablando?"

Los hombres empezaron a hablar con Jesús, acerca de Jesús. Estaban tristes por Su muerte.

Jesús comenzó a explicar el Antiguo Testamento a los hombres y todo lo que enseñaba acerca de Él.

A medida que se acercaban al pueblo, Jesús siguió caminando como si fuera más lejos. Pero siguieron rogándole: "¡Por favor, quédate con nosotros! Pronto oscurecerá".

Cuando Jesús estaba sentado con ellos a la mesa, tomó un poco de pan, dijo una oración, lo partió en pedazos y comenzó a repartirlo.

De repente, se dieron cuenta de que era Jesús, ¡pero luego desapareció justo en frente de sus ojos!

Los hombres se apresuraron a regresar a Jerusalén para ver a los otros discípulos.

Cuando llegaron allí, vieron a los once discípulos y a los demás con ellos. Los discípulos dijeron a los hombres: "¡Es verdad! ¡El Señor ha vuelto a la vida y se mostró a Simón!"

Luego, los dos compartieron la historia de su viaje, y cómo se habían encontrado con Jesús y ¡solo supieron que era Él cuando partió el pan!

Todos estaban asombrados por las buenas noticias.


Los discípulos de Emaús, cuando caminaban con sus dudas y bajo la tentación del desánimo, escucharon las palabras consoladoras de Jesús. Cristo les hizo ver que, en muchas ocasiones, sus caminos no son los nuestros. Por eso, es necesario vivir con una fe profunda y luminosa que nos lleve a la aceptación amorosa de la voluntad de Dios en nuestra vida. Justamente en la Eucaristía encontramos el consuelo y la fuerza para seguir luchando aún en medio de las dificultades y contrariedades de la vida.


 


 

Los discípulos de Emaús, cuando caminaban con sus dudas y bajo la tentación del desánimo, escucharon las palabras consoladoras de Jesús. Cristo les hizo ver que, en muchas ocasiones, sus caminos no son los nuestros. Por eso, es necesario vivir con una fe profunda y luminosa que nos lleve a la aceptación amorosa de la voluntad de Dios en nuestra vida. Justamente en la Eucaristía encontramos el consuelo y la fuerza para seguir luchando aún en medio de las dificultades y contrariedades de la vida.





TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN

Andando por el camino, te tropezamos, Señor,

te hiciste el encontradizo, nos diste conversación,

tenían tus palabras fuerza de vida y amor,

ponían esperanza y fuego en el corazón.

TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN,

TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN. (bis)

Llegando a la encrucijada, Tú proseguías, Señor;

te dimos nuestra posada, techo comida y calor;

sentados como amigos a compartir el cenar,

allí te conocimos, al repartirnos el pan.

TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN,

TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN. (bis)

Andando por los caminos te tropezamos, Señor,

en todos los peregrinos que necesitan amor;

esclavos y oprimidos que buscan la libertad,

hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan.



Hay un corazón que mana,

que palpita en el Sagrario,

el corazón solitario,

que se alimenta de amor.


Es un corazón paciente,

es un corazón amigo,

el que habita en el olvido,

el corazón de tu Dios.


Es un corazón que ama,

un corazón que perdona,

que te conoce y que toma,

de tu vida lo peor.


Que comenzó esta tarea

una tarde en el Calvario,

y que ahora desde el Sagrario

tan sólo quiere tu amor.


Decidle a todos que vengan

a la fuente de la vida.

Hay una historia escondida

dentro de este corazón.


Decidles que hay esperanza,

que todo tiene un sentido.

Que Jesucristo está vivo,

decidles que existe Dios.

 

Es el corazón que llora

en la casa de Betania.

El corazón que acompaña

a los dos de Emaús.

 

Es el corazón que al joven

rico amó con la mirada.

El que a Pedro perdonaba

después de su negación.

 

Es el corazón en lucha

del huerto de los Olivos,

que amando a sus enemigos

hizo creer al ladrón.

 

Es el corazón que salva

por su fe a quien se le acerca.

Que mostró su herida abierta

al apóstol que dudó.


Decidle a todos que vengan

a la fuente de la vida.

Hay una historia escondida

dentro de este corazón.


Decidles que hay esperanza,

que todo tiene un sentido.

Que Jesucristo está vivo,

decidles que existe Dios.



ACTIVIDADES:










7 de abril de 2024

PEDRO Y JUAN ANTE LA TUMBA VACÍA

En el tiempo de  Pascua, conmemoramos los días que Jesús pasó en la tierra hasta que se produjo su Ascensión a los cielos, fiesta que este año celebraremos el 9 de mayo.

El ministerio de Jesús se expresó a través de una serie de apariciones a las personas que estimó oportuno.

El texto que vamos a trabajar, relata una de las experiencias que los discípulos tuvieron con el Cristo Resucitado. No se trata de un aparición, sino literalmente de una de las "etapas que los discípulos han tenido que recorrer" para comenzar a vislumbrar los nuevos horizontes de esperanza que el hecho de la Resurrección abriría en sus vidas. El acontecimiento se insinuaba ya en la tumba vacía, en las vendas que yacían en el suelo y en el sudario plegado en un lugar aparte. Ante estos hechos San Juan sentía que una certeza se fue apoderando de su corazón, la certeza de la fe: "Jesús está vivo".





Juan 20, 1-9

El día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy de mañana cuando aún era de noche, y vio que la piedra del sepulcro estaba movida. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.


 



ACTIVIDADES:









1 de abril de 2024

CELEBRAMOS LA PASCUA DE RESURRECCIÓN

La Pascua es el día en el que Cristo resucitó, y es la fiesta principal de la cristiandad.

El lunes de Pascua es el primer día de la octava Pascua, que es la semana que sucede al Domingo de Resurrección. Es el comienzo del Tiempo Pascual, un periodo de 50 días en los que se conmemora la muerte y resurrección de Cristo y el tiempo que pasó después con los apóstoles. El Tiempo Pascual concluye con el domingo de Pentecostés.






 






















TERCER TRIMESTRE CURSO: 2023-24


 

10 de marzo de 2024

CELEBREMOS SAN JOSÉ Y EL DÍA DEL PADRE

                    



Todo lo que sabemos de San José, lo podemos entrever en la Biblia, especialmente en los evangelios de San Mateo y San Lucas.

Su silencio lo caracteriza y es precisamente a través de sus obras, de sus actos de fe, confianza, y sobre todo de su amor, lo que nos descubren a San José, como un gran santo.

Dios le encomendó ser el padre adoptivo del niño Jesús y esposo de la Virgen María, un privilegio y una gran responsabilidad, el santo custodio de la Sagrada Familia.

Vivió de forma sencilla, realizando en su vida cotidiana la misión que el Padre le había encomendado de la manera más perfecta posible, contribuyendo de este modo a la realización del proyecto de la salvación de Dios.

La vida de San José fue una vida de oración y silencio permaneciendo de este modo en diálogo con Dios; trabajador y honesto para mantener a su familia; padre y esposo, lleno de amor y compasión; obediente y de una profunda fe dejándose llevar en manos de Dios; hombre justo y casto, cuya imagen vemos representada por la azucena en la mano, símbolo de pureza y de su estado virginal, en la iconografía del arte cristiano.

Podríamos decir que la vida de San José, fue una peregrinación en la fe, que al igual que María, ambos permanecieron fieles hasta el final, en lo que se le había encomendado.

 

Virtudes destacadas de San José

·        Paternidad

 

«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21).

 

En esta cita bíblica se halla el núcleo central sobre San José. Fueron destacables entre otras virtudes, su obediencia y humildad, realizó lo mandado por el ángel y tomó a María con todo el misterio de la maternidad.

Se abre en esta disponibilidad y entrega absoluta al designio de Dios, que le pide el servicio de su paternidad, cooperando de este modo en el gran misterio de la redención; toda la vida de Jesús le ha sido confiada a su custodia.

En los evangelios se puede ver la tarea paterna de San José, realizada en los gestos que forman parte de la vida familiar: en su nacimiento, la circuncisión, la presentación de Jesús en el Templo… cada acontecimiento que se va desarrollando sobre su vida.

Se le ordena poner el nombre de Jesús, aunque no fuera fruto suyo, de esta manera declara su paternidad legalmente y proclamando su nombre define también su misión salvadora: «Y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21).

El Papa Francisco en la Carta Apostólica «Patris Corde« menciona la cita de Pablo VI donde se observa la paternidad manifestada concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa» (Patris Corde, 1).

 

·        Obediencia y fe

Vemos en su persona como obedecía con docilidad, y siempre estaba oyente a la voz de Dios. En cada circunstancia de su vida se ve la respuesta dirigida hacia esta voluntad.

A través de sus sueños, se le reveló lo que tenía que hacer y se observa en él su obediencia sin pensar en las dificultades. Por la fe acató los caminos de Dios, en esa confianza que el Padre había depositado en él, al elegirlo padre de su hijo.

Acoge a María como le dice el ángel, deja a un lado sus propios razonamientos y asume lo que se le dice. Nos enseña a acoger lo que se nos da en nuestra propia vida, aunque no comprendamos.

«La acogida es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo. Solo el Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como es, para hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia» (Patris Corde, 4).

Se entregó completamente a esta misión que le encomendaba y puso su vida al servicio de ello.

Durante ella le acompañaron dolores y gozos, pero su fe y obediencia les conducía siempre en la confianza de que Dios estaba ahí.

Nos enseña a creer en Dios, a tener fe aún en medio de las dificultades, miedos, debilidades, por tanto, es necesario entonces, dejarnos abandonar en Él, para que lleve nuestra vida, porque Él tiene siempre la última palabra y su mirada es más amplia que la nuestra.

Aceptó todo por amor. Vemos como al igual que María, en cada circunstancia de la vida de José pronuncia también su «FIAT».

«Aceptó como verdad proveniente de Dios lo que ella ya había aceptado en la anunciación… Cuando Dios revela hay que prestarle «la obediencia de la fe», por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios, prestando a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por él» (Redemptoris custos II).

 

·        Trabajo y silencio

 

San José se caracterizó por su silencio. Un silencio respetuoso y puesto al servicio de la escucha. Este silencio ayuda a tener una mirada hacia dentro para meditar y conocer la voluntad de Dios.

El Papa Benedicto dijo «dejémonos invadir por el silencio de San José«, el ruido nos impide escuchar o percibir las grandes verdades de la vida.

Su trabajo estaba envuelto en este silencio, era un humilde carpintero que bajo el esfuerzo de su trabajo, supo responder con fidelidad el cumplimiento de sus deberes, en un constante servicio.

El trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de la persona y él nos enseña a hacer un trabajo justo, donde todos los dones que hemos recibido de Dios los ponemos a su servicio.

«…José acercó el trabajo humano al misterio de la redención» (Redemptoris custos IV). Por ello, los trabajadores están invitados a imitarle. Es posible servir a Cristo por medio de nuestro trabajo. «Todo cuánto que, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres…» (Col 3, 23s)

 

·        Custodio de la Iglesia

 Al igual que estuvo al cuidado de Jesús y María, como padre y esposo, con un corazón que fue capaz de amar y proteger al hijo de Dios y a su Madre, es por ello que se le encomienda también la Iglesia, su cuerpo místico.

Se encomienda a su protección y se le pide al igual que Él hizo, que su Iglesia colabore fielmente en la obra de la salvación siguiendo su ejemplo y pidiendo su intercesión.

Tarea que en la Iglesia compete a todos y a cada uno en su estado y tarea de vida.

«José, a la vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue amparando al Niño y a su madre, y nosotros también, amando a la Iglesia, continuamos amando al Niño y a su madre» (Patris Corde, 5).

 

Qué nos dice a nosotros

A modo de conclusión, podemos ver cómo San José lo hizo todo ante los ojos de Dios, al que sirvió ejemplarmente.

Por lo tanto, la perfección y nuestro actuar como cristianos, en realidad se da en el cumplimiento de lo que Dios quiere de nosotros.

Con su ejemplo de vida nos enseña a amar, orar, sufrir, actuar rectamente para dar gloria a Dios con nuestra vida, en cada día que se nos da.

No es tan importante hacer «grandes cosas» sino hacer bien la tarea que debemos hacer.

«El participó en este misterio junto con Ella, comprometido en la realidad del mismo hecho salvífico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre «nos predestino a la adopción de hijos suyos por Jesucristo» (Ef 1,5) » (Redemptoris Custos, Introducción).

Por lo tanto, la fe y el amor con que cada cual va tejiendo su vida en el día a día es importante. Vivir con docilidad la voluntad del Padre, es vivir con un corazón agradecido por todo lo que recibimos, ser conscientes de la misión que se nos encomienda y ser fieles a ese llamamiento.

Nos enseña a ser grandes desde la pequeñez como María (caridad), nos invita a confiar en el creador aunque aparentemente las cosas vayan en contra (fe) y nos induce a ponernos en camino apoyados en el cayado de la esperanza.

 

Festividad de San José

Celebramos su festividad el 19 de Marzo de cada año, Día de San José.

La devoción hacia él, comenzó en el s. IV en Oriente. Va surgiendo entre carpinteros que lo tenían como patrono, y va poco a poco extendiéndose hasta llegar a Santa Teresa de Jesús, muy conocida entre nosotros.

Con el Papa Sixto IV se introduce su fiesta en el calendario romano el 19 de Marzo. Es Gregorio V quien la estableció en 1621 fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II). A partir de entonces, van naciendo las primeras congregaciones que llevaran su nombre.

En 1870, el Papa Pío IX, declaró a San José «Patrono de la Iglesia Universal«, modelo de padre y esposo custodio de la Sagrada Familia; Juan XXIII introdujo su nombre en el canon de la misaPío XII lo presentó como «Patrono de los trabajadores» y San Juan Pablo II como «Custodio del Redentor«, también muy querido por el pueblo se le conoce como «Patrono de la buena muerte«.

El 8 de Diciembre de 2020 el Papa Francisco con motivo del 150º aniversario de la declaración de San José, como «Patrono de la Iglesia», escribe la Carta Apostólica «Patris Corde» (Con corazón de padre).

Con el objeto de acercarnos más a San José, un padre que toda su vida nos refleja el amor a Dios y a su familia, un ejemplo de vida para todos.

Es conociéndole cómo descubrimos este amor y podemos pedir su intercesión para imitar sus virtudes. Su vida y ejemplo nos enseña a vivir el evangelio.




















ACTIVIDAD:

Dibujar a San José





El 19 de marzo se celebra en España el Día del Padre, una fiesta muy especial para todos los padres que tienen hijos.

Este día tan especial es un buen momento para que los niños homenajeen a sus papás y para que los padres disfruten de las muestras de cariño de sus hijos.

El día del padre es una ocasión perfecta para fortalecer la relación entre padres e hijos y hacer algo especial, único, diferente. No hay que olvidar que las celebraciones son siempre un motivo de alegría para las familias, sobre todo para los más pequeños.

Este día nos recuerda la importancia de la figura paterna a lo largo de la historia de la humanidad. Tradicionalmente su imagen estaba más relacionada con la manutención de la familia, la seguridad, la imposición de la disciplina, que con las emociones. Hoy, sin embargo, reconocemos el papel del padre en el campo de la educación infantil y en el desarrollo afectivo y emocional de los bebés y niños.


 







ACTIVIDAD: