El matrimonio de Isaac y Rebeca
1 ya era un anciano de edad avanzada, y el Señor lo había bendecido en todo.
2 Entonces dijo al servidor más antiguo de su casa, el
que le administraba todos los bienes: "Coloca tu mano debajo de mi muslo,
3 y júrame por el Señor, Dios del Cielo y de la tierra, que no buscarás una
esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos, con los que estoy
viviendo, 4 sino que irás a mi país natal, y de allí traerás una esposa para
Isaac".
5 El servidor le dijo: "Si la mujer no quiere venir
conmigo a esta tierra, ¿debo hacer que tu hijo regrese al país de donde
saliste?".
6 "Cuídate muy bien de llevar allí a mi hijo",
replicó
7 "El Señor, Dios del cielo, que me sacó de mi casa
paterna y de mi país natal, y me prometió solemnemente dar esta tierra a mis
descendientes, enviará su Ángel delante de ti, a fin de que puedas traer de
allí una esposa para mi hijo.
8 Si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre del
juramento que me haces; pero no lleves allí a mi hijo".
9 El servidor puso su mano debajo del muslo de , su
señor, y le prestó juramento respecto de lo que habían hablado.
10 Luego tomó diez de los camellos de su señor, y
llevando consigo toda clase de regalos, partió hacia Arám Naharaim, hacia la
ciudad de Najor.
11 Allí hizo arrodillar a los camellos junto a la fuente,
en las afueras de la ciudad. Era el atardecer, la hora en que las mujeres salen
a buscar agua.
12 Entonces dijo: "Señor, Dios de , dame hoy una
señal favorable, y muéstrate bondadoso con mi patrón .
13 Yo me quedaré parado junto a la fuente, mientras las
hijas de los pobladores de la ciudad vienen a sacar agua.
14 La joven a la que yo diga: "Por favor, inclina tu cántaro para que pueda beber", y que me responda: "Toma, y también daré de beber a tus camellos", esa será la mujer que has destinado para tu servidor Isaac. Así reconoceré que has sido bondadoso con mi patrón".
15 Aún no había terminado de hablar, cuando Rebeca, la
hija de Betuel "el cual era a su vez hijo de Milcá, la esposa de Najor, el
hermano de " apareció con un cántaro sobre el hombro.
16 Era una joven virgen, de aspecto muy hermoso, que
nunca había tenido relaciones con ningún hombre. Ella bajó a la fuente, llenó
su cántaro, y cuando se disponía a regresar, 17 el servidor corrió a su
encuentro y le dijo: "Por favor, dame un trago de esa agua que llevas en
el cántaro".
18 "Bebe, señor", respondió ella, y bajando el
cántaro de su hombro, se apresuró a darle de beber.
19 Después que lo dejó beber hasta saciarse, añadió:
"También sacaré agua hasta que tus camellos se sacien de beber".
20 En seguida vació su cántaro en el bebedero, y fue
corriendo de nuevo a la fuente, hasta que sacó agua para todos los camellos.
21 Mientras tanto, el hombre la contemplaba en silencio,
deseoso de saber si el Señor le permitiría lograr su cometido o no.
22 Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre
tomó un anillo de oro que pesaba medio siclo, y lo colocó en la nariz de la
joven; luego le puso en los brazos dos pulseras de diez siclos.
23 Después le preguntó: "¿De quién eres hija? ¿Y hay
lugar en la casa de tu padre para que podamos pasar la noche?".
24 Ella respondió: "Soy la hija de Betuel, el hijo
que Milcá dio a Najor". 25 Y añadió: "En nuestra casa hay paja y
forraje en abundancia, y también hay sitio para pasar la noche".
26 El hombre se inclinó y adoró al Señor, 27 diciendo:
"Bendito sea el Señor, Dios de mi patrón , que nunca dejó de manifestarle
su amor y su fidelidad. Él ha guiado mis pasos hasta la casa de sus
parientes".
28 Entretanto, la joven corrió a llevar la noticia a la
casa de su madre.
29 Rebeca tenía un hermano llamado Labán.
30 Este, apenas vio el anillo y las pulseras que traía su
hermana, y le oyó contar todo lo que el hombre le había dicho, salió
rápidamente y se dirigió hacia la fuente en busca de él. Al llegar, lo encontró
con sus camellos junto a la fuente.
31 Entonces le dijo: "¡Ven, bendito del Señor! ¿Por
qué te quedas afuera, si yo he preparado mi casa y tengo lugar para los
camellos?".
32 El hombre entró en la casa. En seguida desensillaron los camellos, les dieron agua y forraje, y trajeron agua para que él y sus acompañantes se lavaran los pies.
33 Pero cuando le sirvieron de comer, el hombre dijo:
"No voy a comer, si antes no expongo el asunto que traigo entre manos".
"Habla", le respondió Labán.
34 Él continuó: "Yo soy servidor de .
35 El Señor colmó de bendiciones a mi patrón y lo hizo
prosperar, dándole ovejas y vacas, plata y oro, esclavos y esclavas, camellos y
asnos.
36 Y su esposa Sara, siendo ya anciana, le dio un hijo, a
quien mi patrón legó todos sus bienes.
37 Ahora bien, mi patrón me hizo prestar un juramento,
diciendo: No busques una esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos,
en cuyo país resido.
38 Ve, en cambio, a mi casa paterna, y busca entre mis
familiares una esposa para mi hijo.
39 ¿Y si la mujer se niega a venir conmigo?, le
pregunté.
40 Pero él me respondió: "El Señor, en cuya presencia he
caminado siempre, enviará su Ángel delante de ti, y hará que logres tu
cometido, trayendo para mi hijo una esposa de mi propia familia, de mi casa
paterna.
41 Para quedar libre del juramento que me haces, debes
visitar primero a mis familiares. Si ellos no quieren dártela, el juramento ya
no te obligará".
42 Por eso hoy, al llegar a la fuente, dije: Señor, Dios
de mi patrón , permíteme llevar a cabo la misión que he venido a realizar.
43 Yo me quedaré parado junto a la fuente, y cuando salga
una joven a buscar agua, le diré: Déjame beber un poco de agua de tu cántaro.
44 Y si ella me responde: Bebe, y también sacaré agua
para que beban tus camellos, esa será la mujer que tú has destinado para el
hijo de mi señor.
45 Apenas terminé de decir estas cosas, salió Rebeca con
un cántaro sobre el hombro. Y cuando bajó a la fuente para sacar agua, le dije: Por favor, dame de beber.
46 Ella se apresuró a bajar el cántaro de su hombro y
respondió: "Bebe, y también daré de beber a tus camellos". Yo bebí, y ella dio
agua a los camellos.
47 Después le pregunté: "¿De quién eres hija?". "Soy hija
de Betuel, el hijo que Milcá dio a Najor", respondió ella. Yo le puse el anillo
en la nariz y las pulseras en los brazos, 48 y postrándome, adoré y bendije al
Señor, el Dios de, que me guio por el buen camino, para que pudiera llevar al
hijo de mi patrón una hija de su pariente.
49 Y ahora, si ustedes están dispuestos a ofrecer a mi
patrón una auténtica prueba de amistad, díganmelo; si no, díganmelo también.
Así yo sabré a qué atenerme".
50 Labán y Betuel dijeron: "Todo esto viene del
Señor. Nosotros no podemos responderte ni sí ni no.
51 Ahí tienes a Rebeca: llévala contigo, y que sea la
esposa de tu patrón, como el Señor lo ha dispuesto.
52 Cuando el servidor de oyó estas palabras, se postró en
tierra delante del Señor.
53 Luego sacó unos objetos de oro y plata y algunos
vestidos, y se los obsequió a Rebeca. También entregó regalos a su hermano y a
su madre.
54 Después él y sus acompañantes comieron y bebieron, y
pasaron la noche allí. A la mañana siguiente, apenas se levantaron, el servidor
dijo: "Déjenme regresar a la casa de mi patrón".
55 El hermano y la madre de Rebeca respondieron:
"Que la muchacha se quede con nosotros unos diez días más. Luego podrás
irte".
56 Pero el servidor replicó: "No me detengan, ahora
que el Señor me permitió lograr mi cometido. Déjenme ir, y volveré a la casa de
mi patrón".
57 Ellos dijeron: "Llamemos a la muchacha, y
preguntémosle qué opina". 58 Entonces llamaron a Rebeca y le preguntaron:
"¿Quieres irte con este hombre?". "Sí", respondió ella.
59 Ellos despidieron a Rebeca y a su nodriza, lo mismo
que al servidor y a sus acompañantes, 60 y la bendijeron, diciendo:
"Hermana nuestra, que nazcan de ti
millares y decenas de millares;
y que tus descendientes conquisten
las ciudades de sus enemigos".
61 Rebeca y sus sirvientas montaron en los camellos y siguieron al hombre. Este tomó consigo a Rebeca, y partió.
62 Entretanto, Isaac había vuelto de las cercanías del
pozo de Lajai Roí, porque estaba radicado en la región del Négueb.
63 Al atardecer salió a caminar por el campo, y vio venir
unos camellos.
64 Cuando Rebeca vio a Isaac, bajó del camello
65 y preguntó al servidor: "¿Quién es ese hombre que
viene hacia nosotros por el campo?". "Es mi señor", respondió el
servidor. Entonces ella tomó su velo y se cubrió.
66 El servidor contó a Isaac todas las cosas que había
hecho,
67 y este hizo entrar a Rebeca en su carpa. Isaac se casó con ella y la amó. Así encontró un consuelo después de la muerte de su madre.
Madre de dos naciones
20. Tenía Isaac cuarenta años cuando tomó por mujer a
Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Paddán Aram, y hermana de Labán el arameo.
21. Isaac suplicó al Señor en favor de su mujer, pues era estéril, y Él
le fue propicio, y concibió su mujer Rebeca.
22. Pero los hijos se entrechocaban en su seno. Ella se
dijo: «Siendo así, ¿para qué vivir?» Y fue a consultar al Señor.
23. Y Él le respondió: «Dos pueblos hay en tu vientre,
dos naciones que, al salir de tus entrañas, se dividirán. La una oprimirá a la
otra; el mayor servirá al pequeño.»
24. Cumpliéndose los días de dar a luz, y resultó que había dos
mellizos en su vientre.
25 El que salió primero era rubio, y estaba todo cubierto
de vello, como si tuviera un manto de piel. A este lo llamaron Esaú.
26 Después salió su hermano, que con su mano tenía
agarrado el talón de Esaú. Por ello lo llamaron Jacob. Cuando nacieron, Isaac
tenía sesenta años.
27 Los niños crecieron. Esaú se convirtió en un hombre
agreste, experto en la caza. Jacob, en cambio, era un hombre apacible y apegado
a su carpa.
28 Isaac quería más a Esaú, porque las presas de caza
eran su plato preferido; pero Rebeca sentía más cariño por Jacob.
Explicación:
Dos naciones están en tu seno fue un anuncio profético de que Jacob estaba destinado a convertirse en el padre de las doce tribus de Israel y patriarca del pueblo elegido de Dios. Por el contrario, Esaú se convertiría en el progenitor de la nación de Edom (Edomitas)
Historia de Esaú y Jacob (Génesis 25,30; 32,3; 36,1; 36, 30).
La rivalidad entre hermanos que había comenzado con los
empujones en el vientre materno continuaría a lo largo de sus vidas y sería
heredada por las naciones que estos gemelos engendrarían.
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